jueves, 26 de abril de 2012

Algo que me calme...

Una noche más...otra...de nuevo la falta de sueño se apodera de mi y siento esas ganas incesantes de ordenar mi mente plasmando palabras aquí...para ti...
Puede que sea patético e incluso que yo misma lo sienta así, sólo es todo fruto de un miedo, un no tenerte cerca para dejar de sentir que te alejas, un necesitar tu mirada para entender que todo esta bien, como siempre...
Pensar estar separada de ti más tiempo del necesario no hace más que fortalecer mis dudas...más que dudas el temor al abandono...
El intuir a veces que no cuesta tanto expresar los sentimientos con palabras para tranquilizar mi torpe cabeza o un simple "mi niña, todo sigue igual"... Necesitar escucharlo para llegar a sentirlo. Necesitar que esa persona no quiera que ni por un momento asome cualquier tipo de vacío absurdo que en ocasiones, por aquello del querer tanto, aparece...
Saber que soy capaz de afrontar mil y un problemas y todos los demás que puedan venir si te sientes capaz de sostener mi mano para sobrellevarlos juntos. Si crees poder mirar hacia delante y no imaginarte un sólo momento de todos los que puedan llegar sin mi...
Porque yo no concibo ya nada sin ti... Porque en algún momento pasaste a formar parte de mi y aquí sigues, conmigo. Porque si alguna vez me has preguntado porque te quiero, sólo tienes que sentarte, pensar en mi y leer todo esto. Porque para saber que te quiero sólo tienes que comparar la diferencia entre poder respirar o sentirte ahogado. Porque si cada vez que no te tengo sintieras un leve pinchazo en el pecho, deberías multilicarlo por mil para saber lo que yo siento.
Quizás no deba decirte si te quiero mucho o poco, mejor o peor, pero si debes saber que te quiero, sencillamente, como se querer...como he aprendido a hacerlo desde que me crucé contigo... Se que no soy lo mejor que podrías tener, pero si la que mejor te puede querer... Como te digo, de la forma que yo se y, hasta hoy, no he encontrado otra mejor...

lunes, 2 de abril de 2012

Principio y fin van de la mano

¿Por qué todo lo que empieza acaba? ¿Por qué cuando más empeño pones en algo peor sale todo? Quizás la pregunta sea no preguntarse nunca por qué... En algún momento decidimos ofrecer de nosotros todo lo que llevamos dentro, no reprimir los sentimientos y dejar que fluyan, sin más, sin vergüenza y sin reparo. Eso no debe ser malo, pero si más dañino, más profundo. Nos preocupamos por hacer y decir las cosas de la mejor manera, de la que creemos que es la correcta y al tiempo nos damos cuenta de que no ha servido de nada, que era más fácil cuando lo que teníamos dentro no importaba, no nos era necesario sacarlo al exterior para demostrarlo... Siempre he pensado que ningún ser humano debería sufrir por otro en según que tipo de temas, y siempre pude llevarlo a la práctica. Siempre menos ahora. Quizás me cueste más o quizás no logre ponerme ese escudo que me hacía sentirme fuerte y quererme para no pasarlo mal en vano, o quizás, en vez de pensar en lo que he podido hacer mal, martirizandome asi, el truco consista en darme cuenta de que, sencillamente, hay cosas que las personas no saben valorar y, que por lo tanto, no hay culpables, si no malos entendedores...

Nada de esto va a hacer desaparecer la sensación de tristeza que se puede llegar a sentir, ni nada de esto va a hacer que los sentimientos, los que son puros, se desvanezcan en un sólo instante... Pero hay algo que he aprendido contigo, que cuando se quiere con el corazon y con el alma, se lucha, se arriesga y se intenta. Por el contrario, si alguna de las dos partes de la historia no sienten esa necesidad de luchar, de arriesgar y de intentar por el mero hecho de no sufrir, mejor mirar a otro lado porque esa persona jamás hará lo que tu estés dispuesta a hacer por ella... Porque las cosas pequeñas son las que dan sentido a la vida, todo lo que merece la pena cuesta y aquello que hace sufrir es lo que más se quiere...