Días grises

Y sigo aquí, sentada, mirando a mi alrededor a ver que puede distraerme.

Por un momento tuve que bajar el volumen del televisor. Necesito concentrarme. Necesito sacar al exterior lo que dentro me está matando. Actúo distinto., sin ningún patrón diseñado.

En resumidas cuentas, tan sólo te espero. Lo llevo haciendo todo el día, pero en el único momento en el que mis fuerzas flaquearon, en el mismo instante que me vine abajo y me derrumbé, apareciste. Fue como si sintieras que justo en ese segundo era cuando más te necesitaba.

Ahora vuelves a lo mismo. Apareces y desapareces. Y yo no entiendo nada.

Necesito llorar, pero no quiero.

Resulta extraño pensar ahora en el amor como muchos lo cuentan.

No es lo que quiero sentir ahora. Sólo busco encontrar la indiferencia. Esa indiferencia que me mantiene en calma, que me da paz y me aparta de todo.

La encuentro así, escribiendo estas líneas.

Se que en algún momento aparecerás de nuevo, porque si no lo haces, nada habrá sido real. Todo habrá sido un soplo de aire en el que volé, sin pensar antes que podría no tener alas...

Se juntan así indiferencia y amor en un mismo espacio, y dentro de mí, esa misma lucha se debate entre quién ganará la partida.

Sólo has dicho una palabra y ha sido la que mas odio, "perdona", pero aún así, he contestado, "estás perdonado". No es verdad. Simplemente jugamos a un mismo juego. El perdón no se pide, el perdón se demuestra. Y perdonar no se perdona, perdonar se espera, y yo, ya me cansé de esperar.

Miro hacia atrás y ya no se si en lo que llevo vivido he aprendido lecciones o solo las he repasado. Si lo que creía que me había dotado de madurez y fortaleza era realmente así.

No se si seguimos jugando o me quedé sola en la partida. Si lo que pensaba era lo que sucedía o estaba equivocada.

El círculo se va estrechando. El día está a punto de acabar. Pero, te apuesto algo. Apuesto a que mañana, volverá a salir el sol. Y piensa que hoy, lo has tenido tu, pero quizás, mañana lo tenga yo.